“La arquitectura se convirtió en un medio de seguir creando, buscar nuevas formas, y sobre todo, de querer hacer partícipe a la gente de mis emociones. Un nuevo elemento, la luz del mediterráneo, una nueva forma de visualizar los volúmenes, los colores y los conceptos. Una suma, nunca una renuncia. La escala de la arquitectura 1:100, 1:50, 1:20 pero nunca 1:1. El diseño de interiores necesario en mi formación para que todo el proyecto, íntegro, desde el boceto, a la necesidad arquitectónica y el detalle del interiorismo, pase de las paredes de mi infancia a las paredes de los sueños de otra persona”
“Estudié danza clásica y arquitectura en Valencia, la cuidad que me quita el sueño. Mis primeros recuerdos son en un espacio diáfano pero armónico, al lado de una barra de madera, enfrente de un gran espejo y dibujando figuras en el aire acompañada del sonido del piano que tanto me apasiona. La danza me aportó disciplina y la elegancia que se refleja en la sensibilidad de los detalles. El hecho de finalizar los estudios de arquitectura en Dinamarca hace que mis proyectos combinen las influencias escandinavas con el carácter mediterráneo que dan como resultado un estilo cálido y sugerente para los sentidos.”
De pequeño todos sus sueños los dibujaba en las paredes de casa de sus padres. Pasaron primaveras verdes, otoños grises e inviernos fríos, donde el lápiz se iba haciendo pequeño de tanto dibujar. Ilustrar ideas y convertirlas en espacios que estimulen los sentidos se ha convertido en su filosofía de vida
Influenciada por el diseño escandinavo, y marcada por una historia familiar ligada a la danza, modula el orden espacial a través de la proporción geométrica y la física. Una especial atracción por la luz y por los materiales nobles que trabaja con sofisticación, convierten sus trabajos en espacios que emocionan.